martes, 14 de febrero de 2012

CRÍTICA DE:


Habitualmente el cine que trata sobre el mundo del espionaje dista mucho de la verdadera realidad y aunque lo sabemos, no es hasta que llega una historia verdadera, cuando nos damos cuenta de los problemas a los que se enfrenta la inteligencia de los diferentes países. 

El topo es puramente británica, tanto en la producción como en el ritmo, los actores o el guión, y pese a que de la dirección se ocupa Tomas Alfredson, director sueco autor de la sobrecogedora Dejame entrar, creo que casa perfectamente con la idiosincracia del thriller británico. 

La película cuenta con un ritmo pausado, que resulta perfecto en mi opinión para situarnos en una época como la guerra fría, a través de una trama de intriga, donde Gary Oldman desarrolla el personaje principal, un hombre en busca de una manzana podrida dentro de la cúpula de la inteligencia británica. Las interpretaciones son excelentes, sin que en mi opinión ninguna destaque sobre el resto con claridad, la nominación del señor Oldman creo que es un premio a todo un trabajo coral magníficamente ejecutado por todo el elenco de actores, con nombres como Colin Firth, Tom Hardy, John Hurt o Mark Strong. 

El filme británico además apuesta sobre seguro con una obra de John Le Carré, escritor de novelas como El jardinero fiel o El sastre de Panama que ya fueron llevadas a la gran pantalla con éxito. De la adaptación se han encargado dos escritores prometedores autores del guión de Tinker Tailor Soldier Spy, Bridget O´Connor y Peter Straughan. El guión ofrece a la película una gran profundidad narrativa, necesaria para adentrarnos en la encrucijada de Smiley (Gary Oldman).

Por último otorgar el reconocimiento que se merece a todo un experto como Alberto Iglesias, cuyo idilio con John Le Carré parece continuar, ya que fue nominado al Oscar a la mejor banda sonora por El jardinero fiel, que curiosamente también está basada en una novela del escritor británico.

Una gran película para amantes de un cine pausado, con un guión sólido y unas interpretaciones magníficas, donde todo encaja a la perfección y nada parece estar hecho al azar. 

NOTA: 7,8

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