Realizar una película sobre deporte y hacerlo bien es una empresa harto difícil, la mayoría de éllas caen en los típicos clichés y no suelen ahondar más allá del mero hecho de un equipo o jugador al que todos daban por muerto que obra el milagro. Moneyball tiene alguno de esos componentes pero la forma de tratarlos es sustancialmente distinta.
La película está basada en un hecho real, pero donde realmente se hace fuerte no es en el juego en si mismo, sino en mostrarnos toda esa cara B que tiene aparejado el deporte americano profesional. Y es que en mi opinión, esta película se disfruta mucho más si sabemos de que va la historia, es decir, si conocemos algo de baseball y del sistema de funcionamiento de las ligas americanas. Si carecemos de conceptos como embolsar, strike, bola, etc y no conocemos como funciona el sistema de traspasos o en que consiste la labor de un primera base no conseguirá atraparnos la película del todo, aunque si podamos entender sin problemas el desarrollo y la esencia de la misma.
Sin duda alguna el mejor de los activos con el que cuenta la película es Aaron Sorkin, excepcional guionista que ya deslumbró en obras como La red social y que hace en Moneyball otro trabajo magnífico, acompañado en esta ocasión por Steven Zaillian, dotando a Pitt de momentos para lucirse y desarrollar un buen papel, si bien no para Oscar. También su compañero Jonah Hill realiza una buena interpretación, nominado al Oscar por mejor papel secundario.
Si entramos a desmenuzar su discurso deportivo, Moneyball defiende un sistema que en mi opinión no es del todo acertado y que también según me parece se pone de manifiesto en la historia que cuenta pese a que no nos den esa moraleja. Como bien dice el jefe de ojeadores, el deporte no es todo estadística y números, hay muchas cosas intangibles que se escapan a esas tablas y promedios. El personaje interpretado por Brad Pitt, general manager del equipo de baseball de Oakland pone en práctica un sistema teórico basado en promedios estadísticos, sin embargo, a medida que avanza la temporada tiene que ajustar dicho sistema por esa serie de causas intangibles que he hablado anteriormente. Por lo tanto, creo que todo sistema teórico tiene que apoyarse en un componente humano, en una intuición muy difícil de conseguir, en conocer que un jugador puede desestabilizar todo un equipo por sus características personales o que por mucho que Billy Beane (Brad Pitt) en el instituto tuviera todos los skills necesarios para triunfar en la Mayor League Baseball, había algo en su mente que no le haría triunfar.
Moneyball no creo que intente enseñarnos como Billy Beane cambió el juego, pero si como lo hizo evolucionar, sirviendo todo ello para mostrarnos los entresijos de un sistema complejo como es el deporte profesional americano, encarnado por la máxima figura en la toma de decisiones, el General Manager, algo que Brad Pitt ha hecho tanto dentro de la película como fuera de ella, ya que apostando fuerte por este proyecto, no solo la interpreta sino que la produce. Buena apuesta señor Pitt.
NOTA: 7
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