Apenas unas horas antes de que comenzara el festival, Javier Angulo, su director, renegaba en cierto sentido del peso que parecía haber cogido la comedia en la sección oficial. "Son películas en tono cómico", se apresuraba a matizar y añadía que tratan temas muy dramáticos. ¡Hombre, faltaría más! Sólo necesitábamos que proyectaran Torrente... Pero el tiempo tal vez le haya hecho cambiar de opinión: la incursión de la comedia en la 56ª edición del festival se está confirmando como todo un acierto. ACIERTO con mayúsculas, porque es algo en lo que coinciden público y crítica, que no es moco de pavo.
Jamás había visto tantas sonrisas a la puerta del Teatro Calderón. Acostumbrados como estábamos a salir acongojados de la sala y con el corazón en un puño, despejar la mente con una película algo más ligera se ha convertido en una más que recomendable medicina en tiempos de crisis. 'Starbuck' es, probablemente, su mejor exponente. La historia de un donante de semen que ha engendrado a medio millar de criaturas ha causado sensación en Valladolid. De acuerdo que el final de corte moralista es perfectamente prescindible, pero la hora y pico que te pasas con la carcajada a punto bien se merece algún tipo de mención en el palmarés. ¿La del público, quizás?
El camino hacia la Espiga de Oro, eso sí, no está todavía allanado para los comediantes. La prensa especializada comienza a señalar, sobre todo, en dos direcciones geográficamente opuestas. La primera pasa por Canadá, concretamente por Montreal. Allí se desarrolla 'Monsieur Lazhar', una entrañable historia de un profesor que emigró de Argelia para ganarse la vida en aquella gélida tierra. Y la segunda gran favorita aterriza desde el lejano oriente con la consagrada firma de Zhang Yimou. 'Shan zha shu zhi lian' (Amor bajo el espino blanco, para los profanos) ha cautivado a los críticos más exigentes, encandilados ante una deliciosa historia de amor en plena Revolución Cultural china.
Jamás había visto tantas sonrisas a la puerta del Teatro Calderón. Acostumbrados como estábamos a salir acongojados de la sala y con el corazón en un puño, despejar la mente con una película algo más ligera se ha convertido en una más que recomendable medicina en tiempos de crisis. 'Starbuck' es, probablemente, su mejor exponente. La historia de un donante de semen que ha engendrado a medio millar de criaturas ha causado sensación en Valladolid. De acuerdo que el final de corte moralista es perfectamente prescindible, pero la hora y pico que te pasas con la carcajada a punto bien se merece algún tipo de mención en el palmarés. ¿La del público, quizás?
El camino hacia la Espiga de Oro, eso sí, no está todavía allanado para los comediantes. La prensa especializada comienza a señalar, sobre todo, en dos direcciones geográficamente opuestas. La primera pasa por Canadá, concretamente por Montreal. Allí se desarrolla 'Monsieur Lazhar', una entrañable historia de un profesor que emigró de Argelia para ganarse la vida en aquella gélida tierra. Y la segunda gran favorita aterriza desde el lejano oriente con la consagrada firma de Zhang Yimou. 'Shan zha shu zhi lian' (Amor bajo el espino blanco, para los profanos) ha cautivado a los críticos más exigentes, encandilados ante una deliciosa historia de amor en plena Revolución Cultural china.
Aunque las (más o menos) sorpresas no están ni mucho menos descartadas. La irlandesa 'The Guard', dirigida por John Michael McDonagh y que bien podría ser otra de esas "medio-comedias" de las que hablaba Angulo, ha causado muy buenas sensaciones. Tampoco ha disgustado 'La Conquête', un biopic sobre nicolas Sarkozy que tiene su punto fuerte en unas grandes interpretaciones y en unos aún mayores parecidos físicos (Villepin llega a asustar). Y qué decir de Guédiguian y 'Las nieves del Kilimanjaro' o, por supuesto, los hermanos Dardenne, que podrían volver a subir a lo más alto gracias a 'El niño de la bicicleta'. ¡Incluso voy más allá! La historia de amores y desamores que constituye 'Medianeras' no contentó a todos por igual, pero ha ido ganando poso en la memoria del festival según transcurría la semana.
Otras parecen quedar descartadas. Los pataleos con que el público acogió el experimento cinematográfco de Mika Kaurismäki, 'Hermanos' (rodada en 5 días), no la colocan en la mejor posición en la parrilla de salida del palmarés. Ni tampoco se acercan a la "pole" la revisión de 'Cumbres borrascosas' que propone Andrea Arnold ni la ópera prima del mallorquín Toni Bestard, 'El perfecto desconocido', que no ha sabido plasmar en un largometraje la frescura que demostró en el formato corto. Y añadiría en esta nómina de excluidos a 'W Ciemnosci' (In Darkness), lo menos aplaudido de Agnieszka Holland en años.
Y en cuanto a interpretaciones, las tornas parecen haber cambiado este año. Si normalmente suele estar más reñido el galardón a la mejor actriz, este año son los hombres quienes vana a provocar más dudas en el jurado. Por un lado está Michel Piccoli (el Pontífice de 'Habemus Papam'), que bien podría resarcirse a orillas del Pisuerga después de haberse ido con las manos vacías de Cannes, pero por otro hay un buen puñado de actores que nos han dejado a todos "con acento francés". Son Denis Podalydès (aka Sarko), Thomas Doret (el mismísimo niño de la bicicleta) e incluso Fellag, nuestro profesor argelino favorito. En cuanto a mujeres, 2011 se ha presentado más flojo: todas buenas interpretaciones, pero ninguna brillante. Sólo Kaya Scodelario, protagonista de 'Cumbres borrascosas' se salva de la quema y, siendo algo más generosos, Pilar López de Ayala, en 'Medianeras' podría tener algún punto a su favor. Se me hace raro oirla con acento porteño, pero el mero hecho de que se haya pasado por la alfombra roja pucelana ya supone puntos a su favor. ¡Casi la olvidaba! Y Maribel Verdú, siempre presente en todos los corrillos del festival. Es, sin duda, el plato estrella de este viernes; habrá que ver cómo nos sienta.
Ahora bien: tanta cábala puede coincidir o no con las que hagan los 5 miembros del jurado internacional, pero les puede servir de ayuda de cara a ver alguna de estas cintas si es que se han quedado con las ganas y, siempre y cuando, encuentren distribución. Y no se sorprendan demasiado si alguno de los premiados de la nómina que conoceremos en pocas horas es algún "bombazo" y en otros apartados se opta por lo menos valiente. Las quinielas son así. El año pasado nadie contaba con 'Sin retorno', una ópera prima argentina que se colocó a la altura del mismísimo Kiarostami. Puede que esto le reste puntos a 'Medianeras'. O tal vez haya sentado precedentes. ¿Alguien ha dicho 'Medianeras'? Que no... que quería decir 'Monsieur Lazhar'.
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