PARTE 2:
La consagración definitiva como actor en Hollywood llegaría en los años finales de la década de los 60 con películas inolvidables. Es en 1966 cuando estrena "Harper, detective privado", una superproducción de cine negro, género que posteriormente cosecharía grandes éxitos con la inclusión de actores como Frank Sinatra. Newman también dejó su sello en el mundo de Sir Alfred Hitchcock, con su papel en la película "Cortina rasgada" que pese a que no tuvo una gran aceptación por el público, la película no desmerece en la filmografía del metódico director. Años atrás ya había realizado una película muy del estilo de Hitchcock con "El premo", en la que encarna a un premio novel de literatura que en la ceremonia de entrega en Estocolmo descubre una trama de secuestro del premio nóvel de física para apoderarse de su más preciada fórmula. Guarda grandes similitudes con el filme "Con la muerte en los talones" interpretado por el genial Cary Grant. Tiene un ritmo endiablado y toques de comedia resueltos magníficamente por Newman, en su papel de mujeriego y bebedor escritor. Quizá Hitchcock se fijó en este papel para contar con los servicios del actor para su nueva película.
En 1967 estrena una de sus películas más míticas "La leyenda del indomable" en la que interpreta a un prisonero de una penitenciaria por haber arrancado una noche de borrachera los parquímetros de su barrio. En esta película hay escenas tan inolvidables como la eterna pelea en el patio de la cárcel, la escena en la que Luke (Paul Newman) se apuesta a que es capaz de comerse 50 huevos duros o la forma de limpiar los coches a base de manguera y jabón que provocó que en más de una sala el género femenino tuviera desmayos inesperados.
En 1969 se une por primera vez con Robert Redford para participar en "Dos hombres y un destino" una de mis películas del "oeste" preferidas. Pongo oeste entrecomillado debido a que supone una revisión del género dándole un toque mucho más fresco y dinámico, acercándose en muchas ocasiones a la comedia e incluso aunque parezca descabellado a la road movie. Esto último es debido a que Butch Cassidy (Paul Newman) y The Sundance Kid (Robert Redford), dos ladrones de bancos que tienen que escapar de unos pistoleros a sueldo por el Gobierno que les persiguen sin descanso, pasan por parajes y situaciones dispares, dignas de una road movie. La conexión en pantalla de los dos actores es total, algo que les hizo volver a reunirse en la mítica "El golpe".
A finales de los sesenta también realiza su segundo largometraje como director con "Casta invencible" en la que consigue un elenco magnífico con Henry Fonda y Lee Remick como actores principales.
Es en 1973 siendo ya un actor totalmente maduro cuando realiza una de las mejores comedias de la historia del cine, "El golpe". La película versa a través de la venganza que realizan una serie de estafadores por el asesinato de uno de ellos mientras robaba a un correo de un importante mafioso, Doyle Lonnegan (Robert Shaw). Entre ellos se encuentran Henry Gondorff (Paul Newman) y Johnny Hooker (Robert Redford), maestro y discípulo uniran sus fuerzas con las de otros viejos conocidos para darle a Lonnegan el golpe que nunca olvidará. La película obtuvo diez nominaciones de las que ganó nada más y nada menos que siete, entre ellas la de mejor película. Es una delicia de película de principio a fin con una banda sonora inolvidable y unas actuaciones memorables. Una comedia elegante alejándose de lo chabacano y unas escenas tan míticas como los propios actores. Todo el mundo recuerda la partida de poker en el tren que mantienen Henry Gondorff y Doyle Lonnegan que es donde comienza todo el golpe perpetrado por la banda, pero todo el filme mantiene un nivel excelso culminado en la última escena autenticamente magistral. La película se ve enriquecida por los secundarios de lujo que cuenta, como Charles During, Lee Paul o Ray Walston. Una maravilla moderna y antigua, un deleite para los sentidos, un golpe sobre la mesa en las salas de cine.
Newman vuelve a las superproducciones con su papel principal en 1974 de "El coloso en llamas" de Irwin Allen. Película catastrofista que cuenta como, en el edificio construido más grande del mundo se produce un fallo en la instalación eléctrica de uno de los pisos produciendo unas chispas que dan como resultado un incendio de tintes colosales. Paul Newman interpreta al arquitecto del edificio que en contacto con el jefe de bomberos (Steve Mcqueen) intentarán llegar a una solución efectiva para controlar el fuego que se extiende sin remedio hacia todas las plantas del edificio en plena inaguración del mismo. El género catastrofista nunca ha sido mi debilidad, pese a ello, ver en pantalla a dos fenómenos interpretativos como Newman o Mcqueen vale la pena, y la película es mucho más que unos hombres escapando de una catástrofe.
Nos transportamos a la década de los 80 donde Newman realiza sus últimas películas de importancia como actor principal con "Veredicto final" y "El color del dinero". En veredicto final intrepreta a un abogado venido a menos que se ocupa de un caso aún sin cerrar sobre un fallo médico. Frank Galbin (P.Newman) intentará pese a las ofertas de acuerdo económico de la parte contraria, conseguir una indemnización ejemplar a favor de la familia afectada. Por esta interpretación recibió una nominación al oscar como mejor actor principal al igual que su pareja interpretativa Sidney Lumet, en esta ocasión tampoco se lo llevó. Inmerecido totalmente.
En 1986 recibe por fin la preciada estatuilla por "El color del dinero" de Martin Scorsese, una revisitación del "Buscavidas". Cosas de la vida, la interpretación de Newman es correcta, pero existen como cosa de siete películas en las que se mereció el oscar mucho más que en esta historia de un jugador de billar profesional que enseña a un novato con mucho futuro las artimañas para ganar dinero rápido. El actor joven no es otro que Tom Cruise, que todavía por aquel entonces no era excesivamente conocido, aunque si había hecho películas relativamente famosas como "Top Gun" o "Risky Business".
A partir de entonces realizó algunas películas de relativo éxito en el ocaso de su carrera como "Al caer el sol" con Susan Sarandon y Gene Hackman y la magnífica "Camino a la perdición" (2002) en la que fue nominado al oscar como mejor actor de reparto, interpretando a un capo de la mafia irlandesa en el Estados Unidos de los años 30. Una película impresionante dirigida por Sam Mendes que inmerecidamente solo se llevó un oscar (mejor fotografía) de los cinco a los que optaba.
Su última participación en el cine fue en el doblaje de la película "Cars" en 2006.
El 25 de mayo de 2007 anunció su retirada del cine, meses más tarde se le diagnosticó un cáncer de pulmón que acabó con él el 26 de septiembre de 2008. Quiso pasar los últimos meses junto a su familia.
Paul Newman no fue solo un actor, fue mucho más, director, productor, conductor de coches de carrera, y un icono mundial. Posiblemente el mejor actor de la historia junto a otros como Marlon Brando, Cary Grant, James Stewart, Burt Lancaster, etc. Sin embargo para mí es el más grande, sin entrar en registros interpretativos y demás aspectos técnicos que se piden a un actor, Paul Newman, realizó títulos tan inolvidables que posiblemente ningún actor (excepto quizá Marlon Brando) puede igualar. Una de las razones de esas películas tan míticas era su participación en ellas. Esos ojos azules de tipo pícaro de Ohio pasarán a la historia del cine y de la humanidad, porque sin Paul Newman el cine no sería lo que es hoy. Gracias Paul, te echaremos de menos.
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