Del director de "Luna de Avellaneda" (José Campanella) nos llega su nueva película de esas que no se ven habitualmente en los multicines y que no ha pasado desapercibida en San Sebastián, recibiendo sonoros aplausos tanto de crítica como de público.
Benjamín Espósito (Ricardo Darín) es secretario de un juzgado de instrucción en Buenos Aires, tras su jubilación decide escribir una novela recordando un crimen que investigó hace venticinco años y que le marcó para toda la vida. A través de sus recuerdos intenta encauzar su vida actúal con el hilo conductor de su novela y el recuerdo del amor que sintió por su compañera de trabajo que aún perdura.
La película empieza ligeramente errática pero a medida que avanza la historia fluye de una manera bárbara, conjugando el thriller con la comedia e incluso con una historia romántica. La profundidad de los personajes es excelente, están sumamente desarrollados, algo que nos permite sentirnos partícipes de sus decisiones, sentimientos, etc. El personaje del compañero de Ricardo Darín (Sandoval) nos ofrece el lado más cómico de la película sin quitarle ese tono de patetismo que lo convierten en más humano, más cercano y sobre todo más gracioso.
La película tiene un último giro magistral, que nos hace removernos en la butaca e incluso cambiar algunas de las ideas que teníamos sobre todos los personajes a lo largo de la película.
Cine de una gran calidad, de ese cine argentino casi de autor que nos llega de una forma directa y sincera, imprescindible para todo aquel que le guste el cine, pasará tiempo hasta que veamos una película similar asi que no se la pierdan.
NOTA: 8,5
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