CRÍTICA REALIZADA POR CARLOS PAREDES:
José Luis Cuerda abrió la Seminci vallisoletana con su nuevo trabajo Todo es silencio, una obra fuertemente esperada por algunos medios
locales que dejó bastante indiferente a la audiencia el primer fin de
semana del festival.
El director de Los girasoles ciegos nos
ofrece una historia poco innovadora basada en las relaciones personales
de los protagonistas a lo largo del tiempo, con el narcotráfico gallego
como telón de fondo.
La costa de Galicia supone un marco perfecto
para el desarrollo de la película, cuya fotografía y planos técnicos
son verdaderamente de alabar. Pero si bien el planteamiento inicial del
filme es adecuado, con el paso de los minutos la película pierde en
ritmo e interés, enredándose en conversaciones demasiado largas y
secuencias que no aportan demasiado a la historia. La música tampoco
acompaña a crear una atmósfera adecuada, especialmente en las secuencias
finales. Ni siquiera Cuerda hace apenas gala de ese humor suyo tan
negro y satírico de otros largometrajes.
El elenco de actores
tampoco destaca de sobremanera. En la primera parte del filme, el
trabajo de los niños es correcto sin más. En la segunda parte, Quim
Guitiérerz carece de un guión sólido para lucirse y sus apariciones en
pantalla casi se limitan a hacer fotografías. Tampoco Miguel Ángel
Silvestre sobresale, demasiado atrapado en su papel de villano. Por
encima de todos ellos emerge la figura de Juan Diego, que encarnando el
corrupto mariscal del pueblo borda el papel.
En definitiva, una película que no pasará a la historia del festival. Mediocre.
"Oye Quim, si todo es silencio ¿Éntonces nada es ruido?"
NOTA: 4,7
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