martes, 6 de marzo de 2012

CRÍTICA DE:


LA INVENCIÓN DE MARTIN:

Hay películas que nada más verlas enamoran, es así, no podemos evitarlo. A mi me pasó con está invención del señor Martin Scorsese. 

Con una factura técnica espectácular y unos efectos 3D no muy numerosos pero brillantes en su mayoría, La invención de Hugo consigue que el espectador no separe la vista de la pantalla ni un solo momento. Con una historia que llega al alma y una recreación de personajes tan literaria como maravillosa. Todo en la estación de tren cobra vida a través de los ojos de Hugo Cabret, pequeños cuentos que conectan una gran historia que se remonta a los albores del cinematógrafo, con un genio casi olvidado, George Méliès, interpretado magníficamente por un actor consumado, Ben Kingsley (Ghandi).

Es una película que invita a soñar, a transportarnos a un lugar donde el cine cobra vida a través de las personas. Y es que esta edición de los Oscar se ha caracterizado porque las dos mejores películas suponían homenajes al cine más clásico, por un lado a los comienzos del sonoro en Hollywood por parte de The Artist, y por otro a ese componente mágico que suponían las primeras creaciones en Francia, por parte de Hugo. Ambas maravillosas, cada una con sus puntos fuertes y débiles, fueron las grandes triunfadoras de la última edición de los premios de la Academia de Hollywood.

Pasen y vean a través de sus ojos, la invención del señor Scorsese, tiene magos, guardas, cineastas, ladrones y libreros. Pero ante todo tiene entre sus manos una película que enamora, que hace volar nuestra imaginación hacia lugares, donde el poder del cine muestra su lado más mágico. 

NOTA: 8,5

No hay comentarios:

Publicar un comentario