Coincidiendo con la semana de los Oscar no quería pasar sin recomendar una película ganadora del galardón, en este caso mejor película de habla no inglesa del pasado año.
Año tras año se demuestra que la categoría de mejor película de habla no inglesa suele tener igual o mayor calidad que la de mejor película en general, y es que por ejemplo sin ir más lejos se me viene a la cabeza el año 2010, con películas irrepetibles como La cinta blanca, Un profeta o El secreto de sus ojos.
Muchas veces nos preguntamos como podemos construir un mundo mejor, todo cambio ha de nacer del interior de cada uno, construir algo bueno en nosotros mismos y después transportarlo a los demás. Las generaciones que van sucediéndose heredan todo, el amor que no reciben, la violencia que sufren, el hambre en sus bocas y en general todo aquello que viven. Es por eso que muchas veces es difícil cambiar el mundo si nosotros no sufrimos una transformación que se refleje en todo aquél ser vivo que nos rodea.
En la película Susane Bier cuenta dos historias en dos lugares completamente distintos que que al final no lo son tanto. El personaje de Antón me recuerda en muchos momentos al Aticus de Matar a un ruiseñor, una persona íntegra, que intenta transmitir unos valores especiales a la gente, sin embargo, tiene que vivir con la culpa de la infidelidad que le atormenta y que lo ha alejado de su mujer.
Haevnen (En un mundo mejor) aborda la violencia en las aulas, el conflicto de la guerra en África o la pérdida de un ser querido, pero creo que lo que nos intenta decir es que sin educación no podemos construir ese mundo que anhelamos, sino enseñamos a nuestros hijos o a nuestro pueblo a amar, nunca llegaremos a un mundo mejor.
Una película altamente recomendable a muy pocos días de los Oscar. Espero que la disfruten.
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