miércoles, 17 de noviembre de 2010

CRÍTICA DE:


Desde hace varios años la industria de Hollywood exprime comics de gran renombre para utilizarlos en sus películas y en muchas ocasiones el paso de un soporte a otro suele resultar beneficioso para ambos lados y la calidad no se suele ver resentida en exceso. En el caso que nos ocupa y diciendo de antemano que no he podido leer el comic de Bryan Lee O´Malley por la ausencia de éste en la biblioteca San Nicolás, creo que no se ha conseguido un resultado óptimo por las razones que esgrimiré a continuación.

Scott Pilgrim cuenta la historia de un joven de veintidós años que conoce a la chica de sus sueños, Ramona Flowers, pero lo que desconoce el protagonista es que para conseguir el amor de Ramona tendrá que luchar contra sus siete exnovios malignos.

La película cuenta con un acabado visual espléndido, funcionando en pantalla como una amalgama de videojuegos de lo más dispares, como el Teken, Tony Hawk, Street Fighter, Final Fantasy, Super Mario, Dragon Ball, Zelda y un largo etcétera que hará las delicias de los más frikis del lugar. Las coriografías de las batallas y toda la ambientación están sumamente cuidadas trasportándonos a soportes como Nintendo, Sega, Sony o Xbox. Con músicas de obras de culto de videojuegos como la BSO del primer Zelda de Gameboy o la de Final Fantasy. Todo esto supone un entretenimiento visual espléndido pero que quizá acaba por aturullarnos un poco una fórmula en ocasiones demasiado repetitiva. 

Y es que quizá esa fórmula repetitiva no sería tal si el apartado narrativo nos dijera algo más, pero en mi opinión esta faceta se queda muy corta dándonos como resultado un guión excesivamente pobre que en comic puede resultar pero que al pasarlo a película resulta escaso. A Scott Pilgrim también le falta humor y salirse de expresiones demasiado ñoñas, teniendo la impresión a medida que avanza la película que las antesalas de los combates son collages superpuestos sin demasiada finalidad, siendo tan solo eso, vehículos narrativos para ir como decía Cruz y Raya en su parodia de Matrix "A los palos". 

La banda sonora es fantástica con temas punk-rock que edifican un poco más si cabe esa ambientación magnífica con la que cuenta la película de Edgar Wright.

Como conclusión puedo decir que es una película entretenida que saborearán más los amantes de los videojuegos (yo en mucho momentos lo hice) corriéndose con gags y cromas que nos transportan a los años 90 y con melodías que han quedado grabadas en nuestros oídos. Sin embargo la película no funciona como debería por su deficiente guión. 



NOTA: 5,2

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