¿Hay algo tan bonito y triste a la vez?... Afuera llueve, llueve y mis lágrimas mueren, escondidas entre miles de particulas de agua, llueve y dos extraños se conocen bajo el manto de un paragüas, conversan, se acercan, se besan...
Lueve, y un hombre retuerce su barba bajo un cartón empapado, esperando que uno de esos rayos se lleve su mala suerte, besa una foto plastificada y apura su botella, maldice, llora, duerme...
Afuera llueve, y una anciana se abraza a su gato, rezando plegarias para que el cielo vuelva a la calma, mira un marco en el que aparece un pesquero comandado por un hombre sonriente, reza, suspira, duerme...
Llueve, y un hombre emula a Gene Kelly, el gozo de un nuevo amor le transporta a los cincuenta, ajeno al agua que cae, baila, canta, ríe, sueña...
Afuera llueve y dos adolescentes intentan encontrarse en el interior de un coche, sus cuerpos desnudos torpes e inespertos luchan por unirse, el ritmo lo marca el goteo en el frío metal del automóvil, gimen, se estremecen, se aman, se tapan...
Llueve, y mis lágrimas fundidas en agua caen, mientras el amor de mi vida inspira, exhala, muere.
Dedicada a todas aquellas personas que alguna vez rieron o lloraron bajo un manto de agua y a mi hermano, el verdadero escritor de la familia.
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