La nueva película de Tarantino llega a las pantallas con un montón de espectación que ha sido traducido en todo un éxito para el cineasta norteamericano, más en crítica que en taquilla.
En primer lugar decir que las películas de Tarantino suelen ser muy especiales con lo que por lo general o gustan mucho o son odiadas. Sin embargo en esta nueva entrega de los delirios de un psicópata reconvertido para la sociedad en director de cine, nos queda la impresión de que puede llegar a un elenco de público más amplio, eso si, sin quitar ese toque tan característico de uno de los iconos del Hollywood más extraño.
La película narra las peripecias de un grupo de soldados americanos que tienen dos cosas en común, la raza, todos son judíos, y las ganas de matar nazis. En medio de su periplo "cazanazis" se les presenta la oportunidad de eliminar a la plana mayor nacionalsocialista en el estreno de una película propagandista del tercer Reich. Aldo Raine y los suyos no desperdiciarán esta oportunidad e intentarán infiltrarse en el estreno.
La película pese a su metraje no nos da la impresión de hacerse larga, quizá se podían haber suprimido algunas escenas pero en general el montaje es acertado, algo que retraso el estreno de la película una barbaridad. El filme mantiene un ritmo acertado decayendo en algunas escenas pero por lo general se mantiene vivo a lo largo de toda la película. Las dos mejores cosas que nos quedamos de la nueva entrega de Tarantino nada más verla son las interpretaciones de sus actores, tanto principales como secundarios, destacando la efectuada por Cristoph Waltz como coronel de las SS. Todos las interpretaciones destilan humor a raduales, que puebla toda la película con gran maestría, convirtiéndose "Malditos bastardos" en una auténtica comedia. Por otro lado, los planos que recorren la mayor parte de los tiroteos son sencillamente magníficos, así como el final de la proyección de la película en la sala de cine, digno de un genio como es Quentin Tarantino.
La mayor parte de la banda sonora corre a cargo de Enrio Morricone ("el bueno, el feo y el malo") que aunque desestimó la petición de Tarantino de componer la música, sí cedió los derechos para incluir algunas de sus piezas más míticas.
No se pierdan esta nueva entrega de Tarantino que pese a su personalidad sumamente desequilibrada, su originalidad y manejo de la cámara son dignos de alabar. No se arrepentirán.
NOTA 7,5
Tarantino: "Que acierto fue contratar a estas dos, me la ponen así de dura... no te rías Brad"
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